jueves, 26 de febrero de 2015

Por un mundo sin amor.

Se miró al espejo. Al menos seguía entera, - se dijo - la vida pasa y te rompe a cachitos. Se puso los zapatos y salió a correr. Lo único que deseaba era sentirse importante entre el viento. Importante ¡qué tontería! Lo único que quería era despejar la mente, dejar que el tiempo hiciese lo que tenía que hacer. Y, entonces, se desplomó. Se desplomó como si de un edificio se tratase. Cayó rendida en la arena preguntándose si tan mal lo había hecho en esta vida. Si realmente se merecía todo lo que estaba viviendo. Miró al horizonte y no supo qué contestar, sólo las lágrimas brotaban de sus ojos. No se había sentido tan sola e insegura en ningún momento de su vida. Entonces se levantó, decidió luchar. Luchar por ser feliz. Por recibir esa felicidad que tantas personas le habían arrebatado. Se decidió a ser sincera. Corrió, corrió incluso cuando sus piernas se quejaban del cansancio. Corrió mientras las lágrimas seguían brotando de sus ojos. ¿¡Acaso eso era más doloroso que el vacío que sentía dentro de ella?! Tomó el camino de retorno a casa. Llegó al portal. Y vio un sobre en su buzón. Un sobre sin remitente y sin sello. Lo abrió y solo había un nombre: Júlia. 
Alexandra Cabello.
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lunes, 16 de febrero de 2015

Al borde del abismo emocional.

Quizá sea cierto eso que se rumorea por las calles. Quizá sea cierto que la vida sólo te presenta a personas con un único fin. Quizá sea cierto que es mejor vivir, seguir con tu vida como si lo vivido fuese un fantasma escondido en el cajón del olvido, sin hacer ruido. Sí, quizá sea cierto.

Lo que no es cierto son los rumores de que el tiempo lo pondrá todo en su sitio. De que el tiempo todo lo cura. No es cierto que puedas pasar página y olvidarte de todo. Es normal que veas un pequeño detalle y recuerdes a esas personas y esos momento. Es imposible dar por olvidado un capítulo de tu historia. 

Es imposible hacer desaparecer tantas fechas, momentos, sentimientos, recuerdos, sonrisas, miradas... Es imposible dejar un libro que hemos dado por acabado y no querer volver a releerlo a pesar de conocer el final. Es imposible que tu conciencia no haga revivir esos momentos mientras duermes. Es imposible no soñar despiertos con aquello que deseamos, que queremos.

Lo bueno de los sueños es que tú puedes ser el mejor protagonista de la novela. Mientras que lo bueno de la vida es que eres el mejor escritor de los hechos. 

Los sueños van más allá de la vida misma. 
La vida misma va más allá de tus propios sueños.

Alexandra Cabello.
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