jueves, 26 de febrero de 2015

Por un mundo sin amor.

Se miró al espejo. Al menos seguía entera, - se dijo - la vida pasa y te rompe a cachitos. Se puso los zapatos y salió a correr. Lo único que deseaba era sentirse importante entre el viento. Importante ¡qué tontería! Lo único que quería era despejar la mente, dejar que el tiempo hiciese lo que tenía que hacer. Y, entonces, se desplomó. Se desplomó como si de un edificio se tratase. Cayó rendida en la arena preguntándose si tan mal lo había hecho en esta vida. Si realmente se merecía todo lo que estaba viviendo. Miró al horizonte y no supo qué contestar, sólo las lágrimas brotaban de sus ojos. No se había sentido tan sola e insegura en ningún momento de su vida. Entonces se levantó, decidió luchar. Luchar por ser feliz. Por recibir esa felicidad que tantas personas le habían arrebatado. Se decidió a ser sincera. Corrió, corrió incluso cuando sus piernas se quejaban del cansancio. Corrió mientras las lágrimas seguían brotando de sus ojos. ¿¡Acaso eso era más doloroso que el vacío que sentía dentro de ella?! Tomó el camino de retorno a casa. Llegó al portal. Y vio un sobre en su buzón. Un sobre sin remitente y sin sello. Lo abrió y solo había un nombre: Júlia. 
Alexandra Cabello.
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2 comentarios:

  1. Si se siente sola, ahí estaré para hacerle compañia, si se siente insegura, haré lo posible para transmitirle seguridad

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