domingo, 21 de octubre de 2012

A nadie le importa.

Cuando la gente enciende un cigarro sale humo y nadie se preocupa en que el humo que sale del cigarro vuelva a entrar en él. A nadie le importa. A nadie le importa las partículas que se encuentran en el aire continuamente, solo a algún grupo de personas que tiene algún tipo de enfermedad, pero ¿acaso estas partículas causan algún tipo de mal estar? No, a nadie le importa que haya ciertas partículas, otras, incluso, ni piensan en ellas, no son conscientes de que están ahí. Nadie se preocupa en separar las partículas para hacer un aire más limpio, nadie, NADIE, se preocupa por las partículas que componen el aire que nos rodea.

Y entonces me pregunto, ¿pasa lo mismo con las personas? A veces pasamos totalmente de las personas que están a nuestro al rededor y otras veces, de repente, nos importan demasiado. Tanto que hay personas que hacen todo lo posible para que estas personas no estén juntas. Se separen y que no se vuelvan a hablar. No quieren ver la verdad y se ciegan para que se haga lo que dicen. Esto pasa cuando hay conflictos colectivos en algún grupo de amigos o conflictos familiares, pero ¿qué pasa cuando esta situación se plantea ante una pareja, ante dos personas? 

La gente habla y habla e intenta persuadir a una persona con unas cosas y a la otra con otras, así puede llegar el conflicto deseado, pero no todas las personas consiguen que llegue ese conflicto. ¿Por qué? Sencillo, porque la pareja es como ese humo que desprende el cigarro y que no vuelve a él o como esas partículas de polvo de las que nadie se preocupa. En cierta manera, son inseparables, por mucho que separen nunca se podrán separar aunque lo intenten. 

Hay personas que no buscan la felicidad del ser querido, solo consiguen herir y causar tal dolor que la "víctima" vive en sufrimiento. Entonces es cuando la "víctima" se pregunta, ¿a quién tengo a mi lado? Y es cuando se pone a buscar y encuentra a la persona que hace que dos se convierta en solo uno. A su pareja. A esa que siempre le apoya y está con su perfecta sonrisa. Y no hay más, porque ellos son como esas partículas que intentan separar y no lo consiguen porque hay algo más, hay amor. 

Sí, amor. Que locura, ¿no? Hablando yo de amor a mi edad.... como si yo supiese qué es eso, ¿no? Pues lo sé, sé lo que es amor y sé lo que es vivir en sufrimiento porque no hay nada peor que eso. No hay nada peor que no sentir el apoyo de tus seres más queridos. No hay nada más horroroso que no sentirte a gusto y no poder decir nada por miedo a cagarla. Pero el miedo es miedo, igual que la sinceridad es sinceridad y el amor es amor. 

Sí, YO LE AMO, y no hay más. TE AMO MI AMOR, pero quiero que sepas que nosotros no somos esas partículas que intentan separar, somos el aire, el viento, que impide que separen esas partículas. 

Alx.
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